Hace
unos días una chica escribía un artículo en el diario “la
Opinión”, en el que le ponía rostro a la “niña de Rajoy”,
su propio rostro, amenazado por la exclusión y el no-futuro, como lo
estamos todos, todos los de abajo, amenazados por el ajuste de un
gobierno que practica el genocidio financiero expresado plásticamente
en los desahucios y los suicidios.
Creo
que sobra decir que a la derecha española nunca le gustó la
igualdad, y menos aún entre hombres y mujeres, los nietos de franco
que nos gobiernan aprovechan la excusa del ajuste para poner a la
mujer “en su sitio,” con ese lenguaje y en ese orden de valores
del nacional catolicismo español.
Somos
nosotras las mujeres las que pagamos mejor que nadie las reformas
laborales del PPSOE, somos nosotras las que engordamos las tasas de
mayor precariedad, con menores salarios y sin pensiones, devueltas a
sostener la economía sumergida, cosiendo zapatillas o montando
hebillas como máquinas por 10 euros al día, redoblando nuestra
jornada laboral, somos nosotras las que volvemos a ocupar de nuevo
esos márgenes semiexclavistas de la economía informal.
Apenas
empezábamos a soltar el lastre, llega esta camarilla del PP a
querernos colgar de nuevo el peso de las medallas de ser las
cuidadoras del hogar, las fregonas y las señoras, sostén de la
familia, sus labores… etc. porque el sistema necesita sumisión y
necesita a las mujeres en sus casas sumisas y calladas.
La
derecha desregula para que capitalistas y banqueros sigan acumulando,
les regala amnistías fiscales y les perdona delitos económicos, en
cambio mete en cintura a la clase trabajadora regulando con puño
firme para criminalizar la protesta social y el aborto.
Ante
la barbarie de este gobierno neofranquista, las mujeres nos vemos de
nuevo en la calle para recordar algo que se suponía dado por
sentado: la exclusión de la mujer es un problema social y por tanto
es responsabilidad de los poderes públicos impulsar
los cambios políticos necesarios para superarla. No
vamos a ser más las reproductoras del sistema.
Nuestros
derechos no son un regalo, son la garantía de la sociedad en la que
queremos vivir y de las relaciones que queremos establecer entre
hombres y mujeres. Y son
resultados de nuestra lucha social, de la lucha de una sociedad
progresista!
Las
mujeres responderemos en las calles al gobierno de Rajoy para
restablecer la
Democracia,
responderemos para hacer efectiva la igualdad en todos los espacios
públicos y privados porque
las mujeres somos
parte del demos, somos pueblo.
Si
el año pasado decíamos desde IU “ni un paso atrás”, hoy ya
pasamos a la ofensiva y decimos que las mujeres respondemos en las
calles, en el trabajo y en nuestras casas. Esta casa, que es nuestra
conciencia feminista, no la toman ni Rajoy ni los banqueros porque no
nos van a expulsar de nosotras mismas ni de nuestras conquistas
sociales. Estamos seguras que en esta lucha no estamos solas, tenemos
a nuestro lado a todos los hombres progresistas, maridos, hijos,
padres, hermanos, novios, amigos.
No
vamos a ser nunca más la costilla de Adán, estamos decididas contra
viento y marea a liberamos de ese arquetipo liberando a los hombres
del suyo; una vez más nos toca a las mujeres propiciar este gran
cambio de conciencia para pasar de la co-dependencia a la
co-operación en las relaciones hombre/mujer, por eso decimos que
“sin
igualdad no hay democracia”
y por eso, las mujeres y los hombres del colectivo de jóvenes de
IU-Cehegín dicen con toda razón que “Revolución
es feminismo”.
Yo
voy a ponerle futuro a esa niña, haciendo un llamamiento a las
mujeres jóvenes a que se hagan presentes hoy para construir el
futuro de mujeres y hombres libres.
María
José Rodríguez
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